EDITORIAL 5 DE ENERO 2015
Carlos MERENSON
Tal como lo propone Florent Marcellesi en Crisis: orígenes y alternativas desde la ecología política (2012): …estamos viviendo una época de crisis múltiples que se superponen las unas a las otras y se refuerzan mutuamente. Hasta tal punto que hablamos de una crisis sistémica, es decir que afecta al conjunto del sistema socio-económico vigente, e incluso una crisis de valores y de civilización.
En la medida que se multiplican y profundizan las situaciones de crisis vemos como se les imponen mayores sacrificios y sufrimientos a los pueblos del mundo. Aumento de la pobreza, el hambre y la desocupación, degradación ambiental, insuficiencia de recursos financieros del Estado e inestabilidad de los sistemas monetarios. Frente a todo ello, los partidos tradicionales han perdido la iniciativa y no saben cómo salir del callejón sin salida en que se encuentra el sistema.
Resulta entonces importante enumerar algunas de las respuestas del ecologismo frente a la crisis del sistema productivista y consumista que desde la década del año 1950, cabalgando sobre la tecnolatría y mercadolatría, ha alimentado el “sueño americano”, la utopía cornucopista de un infinito crecimiento económico en un planeta finito. Se trata de una serie de propuestas que emergen a partir de la lógica inherente a la ecología política en los ámbitos: energético; económico; agro alimentario y socio-político, que el ecologismo ha impulsado a escala global o en diferentes países.
Esta breve recopilación pretende ser también un aporte para el urgente y necesario debate que debe darse entre las diferentes expresiones sociopolíticas que comparten los principios y valores de la ecología política con el objeto de alcanzar los acuerdos programáticos que permitan abrir un ciclo político verde en nuestro país.
La propuesta energética del ecologismo
No es posible mantener la civilización industrial sin los combustibles fósiles. No hay sustitutos para el petróleo debido a su alta densidad energética, la facilidad de su manejo, la multiplicidad de sus usos y los volúmenes en que ahora lo usamos. Pero la actual sociedad hipernergética fosilista no es sostenible. Insistir con este modelo energético significa consumir hasta el último metro cúbico de petróleo, gas natural y carbón; significa agudizar la inseguridad alimentaria con el uso intensivo de granos para la producción de combustibles y significa relanzar la energía nuclear – a una escala nunca antes imaginada. La sociedad hipernergética supone guerra contra la naturaleza y contra la humanidad futura.
En consecuencia el ecologismo propone una transición hacia una sociedad hipoenergética desarrollando un nuevo modelo energético “postindustrial” capaz de dar satisfacción a nuevas necesidades en un marco de creciente escaseces, un modelo que por primera vez en la historia humana implicará consumir menos energía y ello no es solamente un sinónimo de eficiencia energética sino que fundamentalmente es un sinónimo de VIVIR DE OTRA MANERA. Ese menor consumo de energía es el que posibilitará un modelo basado en fuentes renovables y limpias en tanto la demanda energética del actual modelo de crecimiento socioeconómico no puede ser cubierta por ellas.
La propuesta económica del ecologismo: la economía de lo suficiente
Se necesita construir una economía donde el objetivo no se define como “más” sino como “suficiente”.
El ecologismo cuestiona el paradigma de la economía neoclásica según el cual, el crecimiento económico ilimitado es posible y deseable. Frente a ello propone construir una nueva economía en la que los principios de la ecología definan el marco para la formulación de la política económica.
Propone construir un paradigma diferente a partir de la interacción de tres conceptos:
- A-crecimiento
- Economía de estado estacionario
- Enfoque entrópico
El ecologismo propone revaluar los valores en los que creemos y sobre los que organizamos nuestra vida y cambiar aquellos que deban ser cambiados; reestructurar el sistema de producción y las relaciones sociales en función del cambio de valores; relocalizar las producciones de forma razonable; redistribuir las riquezas y el acceso al patrimonio natural y reducir el impacto sobre la biosfera de los modos de producción y de consumo.
Entre las principales líneas de acción para encausar la economía en la actual etapa de transición se destacan:
- Indicadores
El ecologismo plantea la necesidad de sustituir los indicadores convencionales por aquellos que miden el progreso hacia la sostenibilidad, la equidad y la descentralización. La huella Ecológica Sostenible es un ejemplo destacable.
- Promover la economía “personal” e “informal”
Inclinar la balanza del poder económico en favor de las personas y hogares, lejos de la economía de gran escala, a distancia de las empresas privadas y el gobierno central.
- Promover la economía local
Acercar la toma de decisiones al nivel más apropiado, y promover la autosuficiencia de las comunidades y regiones.
- Cooperativas
Apoyar el desarrollo de cooperativas y mutuales, de cooperativas de trabajo, de propiedad y control de sus trabajadores, de cooperativas de consumo, propiedad y control de sus clientes, cooperativas de construcción y sociedades mutuas de seguros.
- La política monetaria y financiera
El énfasis en la política monetaria será controlar y dirigir la creación de dinero hacia las áreas social y ambientalmente sanas de la economía, y lejos de las áreas insostenibles e impulsoras del consumismo.
Las monedas sociales – herramienta alternativa para el desarrollo local – rompen los esquemas de la economía dominante y además crean cohesión social.
- Política Fiscal
Orientada a jugar un papel central en el logro de equidad social y sostenibilidad ecológica.
Renta Básica de Ciudadanía (RBC): Una herramienta para el cambio de rumbo
La RBC es uno de los motores de una mayor justicia social y ambiental, reconversión ecológica de la economía y promoción de la esfera autónoma.
Reducción de tiempo de trabajo
Trabajar menos horas para distribuir mejor el trabajo entre la población.
Reorientar la investigación tecno-científica hacia productos, materiales y procesos que aseguren la sostenibilidad y faciliten el camino hacia una sociedad convivencial.
Para la transición: una nueva forma de producir
- Aumentar la productividad en el uso de los recursos
- Eliminar el concepto de desecho rediseñando la economía en líneas biológicas que cierran los flujos de materiales
- Cambiar la estructura de la economía de su enfoque en el procesamiento de materiales y la fabricación de cosas a la creación de servicios y flujos
- Revertir la destrucción planetaria con programas de restauración que inviertan en el capital natural
- Salir de las estrategias extractivistas
La propuesta agroalimentaria del ecologismo
No necesitamos agrosistemas supersimplificados e hiperintensivos donde se produzcan grandes cantidades de productos de mediocre calidad, sino agrosistemas más diversificados y equilibrados semejantes a los ecosistemas naturales (principio de biomímesis), que produzcan lo suficiente.
Además de las mejoras agronómicas, tenemos que hablar de acceso a los recursos productivos (tierra y biodiversidad), justicia social, ecoeficiencia, dieta, gestión de la demanda y trato ético a los animales, si de verdad queremos agricultura sostenible para el siglo XXI.
Una economía en estado estacionario se caracteriza por una población estable o levemente fluctuante y un consumo per cápita estable. Tal economía requiere una cantidad fija de alimentos. No hay necesidad de producir cada vez mayor cantidad de alimentos ni de cambiar cada vez más los usos del suelo hacia la producción agrícola.
La mejor manera de lograr sistemas agrícolas sostenibles es descentralizar, cambiar hacia sistemas locales de producción, distribución y consumo, en tanto ello redunda en una reducción de insumos e impactos. Estos sistemas locales son menos dependientes de los combustibles fósiles para hacer funcionar maquinaria agrícola pesada; menor aplicación de agro-químicos; menor dependencia del transporte a larga distancia para enviar las cosechas a las plantas procesadoras y supermercados; menor uso y eliminación de plástico para embalaje.
Frente al lema: “De todo, en cualquier lugar y en cualquier momento”
El ecologismo opone el lema: “Lo propio del lugar y de la época, en cantidades adecuadas”
El ecologismo propone alcanzar la seguridad alimentaria mediante la sumatoria de ECOEFICIENCIA + BIOMÍMESIS + EQUIDAD + DIETA BAJA EN CARNE + SOBERANÍA ALIMENTARIA + AUTOLIMITACIÓN.
Con soberanía alimentaria, agro-ecología y dietas bajas en carne podremos alimentarnos sin devastar la biosfera.
Con destrucción de la agricultura campesina local, monocultivos para la exportación, patentes sobre la vida, oligopolios, agro-tóxicos y agricultura sin agricultores la debacle está garantizada.
La propuesta sociopolítica del ecologismo: la sociedad convivencial
Valores, principios y posiciones que caracterizan a la ecología política
En la “Carta de los Verdes del Mundo” acordada por Global Greens en su congreso celebrado en Canberra (Australia) en 2001 se establece que las políticas de los Verdes se deben fundamentar sobre los siguientes seis principios:
- Justicia Social.
- Sabiduría Ecológica.
- Democracia Participativa.
- No Violencia.
- Sostenibilidad.
- Respeto de la Diversidad.
Enmarcados por estos principios se encuadran los valores y las posiciones políticas del ecologismo, entre las que se destacan:
- Erradicación de la pobreza
- Erradicación de las modalidades insostenibles de producción y consumo
- Protección de las bases naturales de la vida
- Integración de la economía, el desarrollo social y la protección del ambiente como pilares interdependientes del proceso de desarrollo
- Respeto por la vida
- Rechazo a cualquier tipo de violencia
- Lucha sin cuartel contra la corrupción
- Prioridad por el interés general sobre el interés particular
- Reconocimiento y valoración de las diferencias y la pluralidad
- Coherencia entre fines y métodos
En la propuesta socio-política, resulta de particular importancia la democracia participativa.
Para el ecologismo, una democracia participativa es aquella en la cual todos los ciudadanos tienen el derecho de expresar sus puntos de vista, y son capaces y libres de participar directamente en las decisiones ambientales, económicas, sociales y políticas que afectan sus vidas; para que el poder y responsabilidad sean concentrados en las comunidades locales y regionales, y se devuelvan hacia niveles más altos de gobierno sólo cuando sea esencial que así sea
Esto requiere de las siguientes condiciones:
- Fortalecimiento de las personas mediante el acceso a toda la información relevante para la toma de decisiones y el acceso a la educación para capacitar y permitir participar a todos
- Ruptura de desigualdades de riqueza y de poder que inhiben la participación
- Construcción de instituciones de base que permitan que las decisiones sean tomadas directamente a los niveles apropiados por aquellos interesados o afectados, basadas en sistemas que promuevan la vitalidad cívica, la acción voluntaria y la responsabilidad comunitaria
En definitiva necesitamos guiarnos por valores y principios que aún son minoritarios: convivencialidad, sostenibilidad, suficiencia, autolimitación, biomímesis, precaución, uso prudente, respeto por el otro, cuidado de lo común, responsabilidad por las consecuencias, consideración del largo plazo, biofilia.
Enorme aporte para el debate, base de un documento político relevante que debería estar en el debate público político y social, ya!!!! Jorge Daneri
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