EDITORIAL 21 de ENERO 2015

Carlos Merenson

Carl Sagan[1], al referirse a las lecciones de Casandra señala que cuando nos enfrentamos con una predicción ominosa que alude a fuerzas inmensas sobre las que no es fácil ejercer influencia alguna, mostramos una tendencia natural a rechazarla o no tomarla en consideración.

lilites6Un ejemplo paradigmático lo tenemos con Los Límites del Crecimiento[2] cuya crítica al dogma del crecimiento provocó un escándalo, tanto en el seno de la izquierda como de la derecha, que consideraron al informe como una herejía contra el progreso.

georgescu-roegen-3En Energía y Mitos Económicos (1975), Nicholas Georgescu-Roegen (G-R) – el padre de la bioeconomía – describe pormenorizadamente las despiadadas críticas hechas por los economistas convencionales, que incluso recurrieron a insultos directos o velados en su ataque contra este informe devenido en Caballo de Troya en los castillos de los cultores del infinito crecimiento. G-R menciona que incluso The Economist se olvidó de los buenos modales británicos y en el editorial Límites a la mala comprensión  lo calificó como el summum de la estupidez pasada de moda. También menciona el caso de Wilfred Beckerman que lo consideraba una osada expresión de la estupidez.

Luego de analizar – caso por caso – las críticas que se hacían a los métodos empleados para elaborar Los Límites…G-R demuestra que se criticaba el empleo simulaciones y de modelos analíticos, que se admitían para trabajar habitualmente en el campo de la econometría, lo que lo lleva a concluir que al repasar las peculiares críticas, uno tiene la impresión de que los críticos economistas se estaban ajustando al adagio latino: quod licet Jovi non licet bovi (lo que se permite a Zeus no se permite al buey).

G-R manifiesta que fuera de los economistas convencionales, el informe ha sido recibido con la debida apreciación y ciertamente no en términos vituperables, destacando que el veredicto más sensato es que, a pesar de sus imperfecciones, el documento está lejos de ser pura frivolidad.

Lo cierto es que – en las décadas siguientes – la incontrastable realidad condujo a una evolución en la forma de apreciar la cuestión de los límites denunciada en el Informe Meadows.

Mientras que en la década del año 1970 se negaba de plano la existencia de límites, en la década del año 1980 se los admitía, aunque señalando que estaban lejos. En la década del año 1990 se produce un nuevo cambio: los límites estaban cerca, pero la tecnología y los mercados podían evadirlos fácilmente. En la década del año 2000 se reconocía que la tecnología y los mercados no siempre podían eludir los límites, pero se advertía que la mejor política era seguir con el crecimiento del PIB, para tener más recursos para resolver los problemas. Finalmente, en la presente década, ante la triple crisis  – económica, social y ecológica – que nos toca enfrentar, se afirma que si hubiéramos sido capaces de sostener el crecimiento económico, hoy no tendríamos los problemas que tenemos con los límites del crecimiento.

Vale la pena aclarar aquí que en el Informe Meadows no se presenta una demostración sobre la existencia de límites para el crecimiento físico en un planeta finito, ya que ello se asume como tal. Lo que se presenta es información sobre una variedad de límites físicos – agua, suelos, metales y otros recursos – a fin de que la idea de los límites se haga plausible. Otro aporte es la descripción de las razones por las que el crecimiento de la población y la producción industrial son inherentemente exponenciales y la demostración de que el crecimiento exponencial rápidamente alcanza cualquier límite imaginable. Los escenarios informáticos desarrollados demuestran que las actuales políticas de crecimiento darán lugar a excesos y colapsos, no a una aproximación asintótica a límites. Finalmente se sugiere que los cambios en las políticas podrían llevar a un estado sostenible, si tales cambios se centraran en cuestiones culturales y técnicas y se implementaran prontamente.

La vigencia del Informe Meadows

morin2Edgard Morin[3] afirma que es verdad que sus métodos de cálculo fueron simplistas, pero que el objetivo del informe Meadows constituía en realidad un primer esfuerzo por considerar en conjunto el devenir humano y el biológico a escala planetaria. Para ilustrar su idea, Morin menciona que los primeros mapas establecidos en la Edad Media por los navegantes árabes tenían enormes errores, pero constituían el primer esfuerzo para concebir el mundo y ese es también el valor de Los Límite del Crecimiento.

No obstante lo anterior debemos decir que la revista del Smithsonian[4] presentó una actualización con información disponible para las variables consideradas en los 30 años posteriores (1970-2000) y los datos ajustan bastante bien a las predicciones de 1972.

Graphique-The-Limits-to-Growth

Más allá de la palabrería de los fundamentalistas del productivismo y del panfleto político progresista que pretende presentar el tema de los límites como inaceptable para los países en vías de desarrollo, la realidad indica que continuamos en curso de colisión contra los límites del crecimiento, que sin duda existen, están próximos y que nuestra omnipotencia no podrá eludir.

NOTAS

[1] SAGAN, Carl (1998) Billions and Billions. Traducción: Guillermo Solana. Ediciones B, S.A.

[2] MEADOWS, D.H.; MEADOWS, D.L.; RANDES, J. y BEHRENS, W.W. (1972) Los límites del crecimiento. México: FCE, 1972

[3] MORIN, E. (1996) El Pensamiento Ecologizado. Gazeta de Antropología 12, 1996 Disponible en: http://hdl.handle.net/10481/13582

[4] STRAUSS, M. (2012) Looking Back on the Limits of Growth. Smithsonian magazine, April 2012. Disponible en: http://www.smithsonianmag.com/science-nature/Looking-Back-on-the-Limits-of-Growth.html