EDITORIAL

Carlos Merenson

Como fruto de una verdadera sobretensión económica y social, y también ambiental (no tan visible, pero indudablemente presente) nuestra sociedad se encuentra empujada más allá de sus umbrales de estabilidad y paralizada por una creciente y absurda intolerancia que nos conduce a una definitiva frustración. Frente a ello, las propuestas que emergen de las ideologías tradicionales y sus expresiones político-partidarias se han tornado absolutamente anacrónicas e inconducentes. Nuestra sociedad, traumatizada por crecientes conflictos políticos necesita catalizadores para recuperar la cohesión, sus capacidades organizativas y creativas.

Es en ese contexto que el ecologismo emerge como proyecto nacional al proponer a la convivencialidad como categoría fundamental y a la construcción de una Argentina socialmente justa, económicamente viable y ecológicamente sostenible como la empresa conjunta, la idea fuerza, el catalizador que logrará unirnos en busca de nuestro destino común.

La Justicia Social, la erradicación de la pobreza y el hambre, la democracia participativa, la no violencia, la sostenibilidad, el respeto de la diversidad y la sabiduría ecológica, el respeto por la vida, la lucha sin cuartel contra la corrupción, la prioridad por el interés general sobre el interés particular, la coherencia entre fines y métodos, la erradicación de las modalidades insostenibles de producción y consumo, la protección de las bases naturales de la vida y la integración de la economía, el desarrollo social y la protección del ambiente como pilares interdependientes del proceso de desarrollo son los cimientos del proyecto nacional ecologista.

La ecología política propone una nueva visión para un nuevo mundo, capaz de guiarnos en la difícil transición hacia un nuevo sistema energético; hacia una nueva teoría de la justicia, una nueva teoría económica y una reconstrucción política. Levantando el valor del vivir bien, juntos en la equidad; dando prioridad a la sociedad y terminando con el desorden histórico provocado por la prioridad otorgada a la economía, el ecologismo plantea un proyecto nacional que es impulsado por el sentido de solidaridad inter e intrageneracional, y nuestra responsabilidad para con el país y con el devenir histórico del mundo; un mundo que se dirige hacia una monumental transformación, hacia una bifurcación en la que la opción será evolución o decadencia.