Por Manuel Ludueña
Desde 1992 la preocupación de las diferentes reuniones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y los acuerdos sobre Cambio Climático fueron en sentido inverso a los hechos. Mientras se aceptaba no superar las emisiones de 1990 año a año se fueron incrementando, así se pasó de 38 GTn CO2e (1990) a 49 GTn CO2e (2010), y aún más cuestionable, se pasó de no incrementarse la temperatura global de 1990 a su aumento en 2ºC; ello implica un aumento de las aguas oceánicas y la desaparición de algunas islas, el desplazamiento de importantes contingentes de comunidades asentadas en las riberas, sequías e inundaciones con implicancias en las condiciones de vida y desplazamientos masivos de las poblaciones más vulnerables. Al posponer las medidas más estrictas hasta el año 2020, la trayectoria ahorrará costos de mitigación a corto plazo, pero conllevarán costos y riesgos muchos mayores posteriormente. Retrasar la adopción de medidas más estrictas hasta 2030 agravaría aún más dichos riesgos y reduciría al 50 por ciento o menos las probabilidades de alcanzar la meta de los 2 °C.
Fuente: IPCC, 2014.
Los escenarios actuales indican, ante la posibilidad de alcanzarse valores pico para el 2030, que debería llegarse a 0 GTn CO2e en 2047 y sostenerse en el tiempo hasta fin de siglo [1] .
A continuación se señalan algunos aspectos relacionados con las Contribuciones Nacionales Determinadas, en especial, con respecto a la presentación de Argentina:
- 2015 es un año crucial para que los países implementen acciones para frenar el incremento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), con el fin de evitar el aumento de desastres naturales y, sobre todo, fortalecer la lucha para hacer frente al calentamiento global[2]. Para ello se requiere un compromiso cierto, más efectivo y controlable que en el pasado, a través de las Contribuciones Nacionales Determinadas (CND; INDC, en inglés).
- El informe 2013 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) muestra que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han aumentado a niveles sin precedentes a pesar de un número creciente de políticas para reducir el cambio climático. Las emisiones aumentaron más rápidamente entre 2000 y 2010 que en cada uno de los tres decenios anteriores.
El IPCC ha calculado en aproximadamente 3.670 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (Gt CO2e) para que exista una mayor probabilidad de respetar el umbral de los 2°C. Debido a que las emisiones comenzaron a crecer rápidamente a finales del siglo XIX, el mundo ya ha emitido aproximadamente 1.900 Gt CO2e y, por tanto, ha consumido una gran parte del presupuesto. Además, la actividad humana también genera emisiones de otras sustancias que afectan al calentamiento del planeta, y que, a su vez, reducen el presupuesto total disponible a aproximadamente 2.900 Gt CO2e, lo cual deja menos de unas 1.000 Gt CO2e para «gastar» en el futuro.
Los escenarios del IPCC indican que limitar el aumento de la temperatura media global a 2ºC con un grado de probabilidad de «probable» implica rebajar las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero con respecto a las de 2010 entre un 40% y un 70% para el 2050 y próximas al 100% para fines de siglo. Asimismo, especifica que la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera exige reducir las emisiones en la producción y utilización de la energía, el transporte, la edificación, la industria, el uso de la tierra y los asentamientos humanos. En particular, reducir casi a cero las emisiones en la producción de electricidad se corresponde con los escenarios de mitigación ambiciosos. Para el objetivo de los 2ºC ralentizar la deforestación y plantando bosques lograría frenar o incluso revertir el aumento de las emisiones derivadas del uso de la tierra.
- La credibilidad de las CND, si bien están encaradas como un compromiso entre países, también implica, necesariamente, compromisos al interior de cada país, entre otros:
a-Las CND requieren constituirse en una política de estado puesto que se extiende por plazos superiores a ocho periodos gubernamentales de gestión.
b-Las CND no son una política más, por el contrario, muchos aspectos se relacionan interdependientemente con las políticas económicas, educativas, de salud y ambientales, así como con un claro seguimiento en las relaciones exteriores.
c-Las CND requieren acuerdos tanto con el sector productivo como con el sindical y la comunidad política, y una estrategia continental por la trascendencia sobre el sistema productivo.
d-Las CND exigen un sistema de recolección de datos, informativo y de difusión articulado y con alta credibilidad.
En términos políticos son conocidas las falencias gubernamentales nacionales a la luz de los requerimientos marcados anteriormente, tales como: sistema informativo falaz o, cuanto menos, poco confiable; acuerdos sociopolíticos muy concentrados sin articulación suficiente para comprender el sistema decisional en el largo plazo; y, un tratamiento manejado como si tratara de una cuestión meramente sectorial.
No mucho mejor es la atención que sobre esta cuestión han realizado los partidos políticos y sus candidatos. Todos proponen un alto crecimiento para salir de la “crisis”. En particular mediante dos instrumentos dudosos: inversiones externas e implantación de tecnologías, aceptando su orientación hacia la minería a cielo abierto, la intensificación de la agricultura exportable y la extracción de petróleo hasta el autoabastecimiento. Incluso llega a explicitarse que se sale de la crisis actual con un crecimiento de 5 por ciento anual.
e-Las CND presuponen una mínima articulación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordado internacionalmente el pasado 27 de septiembre, en particular el ODS 7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos (7.2 Para 2030, aumentar sustancialmente el porcentaje de la energía renovable en el conjunto de fuentes de energía; 7.3 Para 2030, duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética) y el ODS 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países; 13.2 Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales; 13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana).
Argentina se ha comprometido a reducir en un 15% sus emisiones previstas al 2030. Es decir que en vez de emitir 670 Mt de CO2e previstas para el 2030 ahora emitirá 570 Mt de CO2e. Sin embargo, sus emisiones actuales ascienden a 460 Mt de CO2e lo que significa que para el 2030 emitirá un 20% más de lo que emite actualmente. Presuntamente posponiendo el inicio del proceso de descarbonización.
f-Las CND no son solo una preocupación energética, aunque inicialmente pueda ser el factor básico, también lo es el estilo de desarrollo y como se orienta un cambio efectivo sobre el consumo.
Si bien los detalles de la propuesta de la Argentina fue tildada, en general, de débil o poco ambiciosa ante su propuesta de CND, también, puede leerse como muy lejana al paradigma del desarrollo sostenible por orientarse hacia un crecimiento basado en la cantidad, en lugar de la calidad, solo en función de las condiciones exógenas en lugar de propender hacia un desarrollo endógeno.
La cuestión ambiental se sigue entendiendo –en los hechos- como un aspecto de acompañamiento secundario y algunas acciones concurrentes como meras “fotos de color para propagandizar” –metrobus; uso urbano de las bicicletas; estudios y evaluaciones de impacto ambiental; cambio de luminarias; manejo de cuencas; redes de medición de contaminantes; entre otros-. En tanto se ejecutan y autorizan verdaderos horrores: promoción de agroquímicos sintéticos, fracking y minería a cielo abierto, impulso inmobiliario destruyendo el patrimonio sociocultural y dilapidando el suelo público, desatendiendo la deforestación, aumentando desmedidamente el uso del transporte automotriz de carga, desvinculando a las poblaciones de los pueblos originarios de su territorio y destruyendo sus culturas, no limitando los procesos de concentración –productivos, territoriales, financieros y de servicios, inaugurando centrales para producir electricidad con energía de carbón-; promoción del consumo de artefactos eléctricos y de automóviles; entre otros.
Los ODS comparte de los acuerdos internacionales no se reflejan en la propuesta Argentina: no se incrementan sustancialmente las energías renovables, por el contrario se toma como más adecuada la energía nuclear; no esta claro que se vaya a duplicar la eficiencia energética, solo se indican las mejoras introducidas en el último quinquenio; no se evidencia un claro fortalecimiento para la resiliencia y la adaptación; menos aún atravesar al resto de las políticas con las de cambio climático y de mejoras concretas a nivel educativo, de capacitación e institucional.
g-Los CDN presuponen una reorientación del sistema productivo no solo para mejorar la calidad de producción y prevenir, entre otras cosas, la contaminación directa que muchas poblaciones sufren por la cercanía con los polos industriales, sino una producción sostenible incorporando innovación en base al uso de recursos renovables y productos verdes como infraestructuras y prestación de servicios.
- Las CND son herramientas para los debates nacionales sobre el desarrollo, las energías limpias y calidad de vida de la población con el nivel internacional, pero que también exigen explicitar cuando se aplicarán y como la población contribuirá para aminorar los GEI.
En el caso de los países en desarrollo, en particular de América Latina, se requieren negociar los aspectos relacionados con la adaptación para reducir la vulnerabilidad de la región. En Argentina, si bien el tema central para las CDN es la mitigación, un avance conjunto con las medidas de adaptación es indispensable, en particular, el tratamiento de normativas de eficiencia en materiales y, bioclimática aplicada a nivel urbano, necesariamente como presupuestos mínimos y eco-impuestos.
- Los países en desarrollo deben definir un escenario de reducciones de GEI respecto a las emisiones esperadas en un futuro (emisiones proyectadas; escenario Business as Usual – BAU) para después estimar las reducciones, en tanto los países desarrollados tienen la obligación por el Protocolo de Kioto. Así, los informes del IPCC establecen que los países desarrollados tienen que reducir emisiones por debajo de lo actual (por lo menos), mientras que las naciones en desarrollo pueden crecer aún un poco.
Esto relativiza calificar a la propuesta Argentina como poco ambiciosa y en cuanto a cuestionar el estilo de desarrollo. Muy por el contrario, posibilita el crecimiento de los GEI de modo limitado o inferior al crecimiento tendencial.
- Un aspecto central, tanto a nivel internacional como nacional, son las fechas de revisión y seguimiento, así como el acuerdo vinculante de París (COPCC 21) que sigue en indefinición.
- Las CDN en su conjunto constituirían un indicador importante del esfuerzo que la comunidad internacional se propone para hacer frente al Cambio Climático sin exceder los 2ºC orientados por el IPCC. Cabe aclarar que ya no es probable evitar que la temperatura se eleve 1,5ºC para fines de siglo.
Según el análisis publicado recientemente por Climate Action Tracker (CAT), desde la última evaluación en las conversaciones de Lima (COPCC 20) los CDN lograrían una mejora de solo 0,4°C. Además, la combinación de los planes de acción climática de los gobiernos de reducción de las emisiones en 2025 y 2030, de aplicarse, implicarían el calentamiento global hasta 2,7°C. Así, el año pico de emisiones a nivel mundial que debería ocurrir antes del 2020 no tendrá lugar ni siquiera el año 2030.
- Si analizamos algunas de las presentaciones de países de América Latina verificamos rápidamente que las mismas procuran establecer datos globales de las principales actividades, así como las metas que se proponen; tal los casos de Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Perú. Es decir que difunden las mejores a introducir hasta 2030, fundamentalmente con las acciones de mitigación y en menor medida las de adaptación, capacitación, transferencia de tecnologías y financiamiento.
Cabe ejemplificar que mientras la presentación de Chile establece que un 20% de la matriz energética se compondrá de energías renovables no convencionales al 2025 (pág. 15 CDN Chile), Uruguay prevé ser un sumidero neto de CO2 en 2030 (pág. 12 CDN Uruguay) así como alcanzar a producir un 40% en energías renovables (pág. 4, CDN Uruguay).
Recientemente la secretaría de la CMNUCC informó (5.oct.2015) que todos los países desarrollados dentro de la Convención y 104 países en desarrollo han entregado sus CDN, de ellos más del 80 por ciento incluyen en sus planes objetivos cuantificables e igualmente más del 80 por ciento incorporan acciones de adaptación al cambio climático.
- Repasando algunos dichos a modo de conclusión inicial: i. Argentina no está entre el 80 por ciento de los países con planes cuantificables en sus presentaciones CDN, solo cuenta con referencias cualitativas del pasado generalmente engañosas[3] y seguirá incrementando sus emisiones hacia 2030; ii. La administración actual al igual que los tres principales candidatos (90% de los votos de las PASO) a presidir el país desde el 10 de diciembre de 2015 son nítidamente neodesarrollistas cuyo único objetivo es aumentar el Producto Bruto Interno con redistribución manipulada y obras; la primacía está en lógica de la rentabilidad –petrolera, minera, agrícola, inmobiliaria- por sobre cualquier otro costo y de la implantación de obras de infraestructura facilitadoras de las exportaciones extractivas y de los sectores sociales de mayores recursos; iii. No existe en la opinión pública visiones alternativas instaladas que superen los conflictos locales por daño inmediato a la salud; entre otros tres podrían ser factores clave: la ausencia de información fundada, la falta de difusión de las investigaciones y su aplicación al sistema productivo y judicial (centros de investigación, universidades, INTI, INTA, ONGs de consumidores, entre otros) y, fundamentalmente, una profunda democratización de las instituciones e institutos.
Buenos Aires, octubre de 2015
NOTAS
[1] http://eciu.net/assets/peak-emissions/#
[2] Vigésimo Primera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCCC).
[3] “En el sector energético se definieron dos ejes centrales: la diversificación de la matriz energética y la promoción del uso racional y eficiente de la energía. En tal sentido el país cuenta con una estructura normativa y con planes estratégicos a largo plazo que promueven, entre otras medidas, una mayor participación de fuentes renovables no convencionales, la energía hidroeléctrica, la energía nuclear, la sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles. Asimismo, se han establecido un conjunto de programas y acciones destinadas a la reducción de la intensidad energética del consumo” (pág. 5 CDN Argentina; 2015). Contrariamente se construyeron centrales para producir electricidad a carbón y la incorporación de energías renovables eólicas y solares es insignificante.
“En el sector transporte la optimización del sistema de transporte ferroviario es concebida como
una búsqueda de sustentabilidad ligada a acciones de mitigación del cambio climático. En ese
sentido, constituye un marco normativo importante la ley N° 27.132 que declara de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina la política de reactivación de los ferrocarriles de pasajeros y de cargas, la renovación y el mejoramiento de la infraestructura ferroviaria y la incorporación de tecnologías y servicios que coadyuven a la modernización y a la eficiencia del sistema de transporte público ferroviario”.(pág. 5 CDN Argentina; 2015).Lo cierto es que solo se impulsó el transporte de carga por camiones, junto a importantes inversiones en rutas y autopistas para dicho transito y el uso de grandes aviones para el tránsito aéreo nacional.
En función de la Ley 26.331 se indica que “permitió a las provincias llevar adelante un proceso de ordenamiento territorial de los bosques nativos existentes de acuerdo a criterios de sustentabilidad y estableciendo las diferentes categorías de conservación en función del valor ambiental de las distintas unidades de bosque nativo y de los servicios ambientales que estos prestan. En ese marco se creó el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos como medio para implementar mecanismos de compensación al sector privado con la finalidad de enriquecer, conservar, restaurar y promover el manejo sustentable de estos bosques”. (pág. 5 CDN Argentina; 2015). Lo cierto es que se registra una alta tasa de desmonte: para la región del Gran Chaco, es del 2,5%, una de las más altas del mundo y, según la Secretaría de Ambiente de la Nación, entre 2007 y 2011 se perdió más de un millón de hectáreas de bosques nativos.
Como bien señala Ludueña hay mucha conversacion y pocas efectividades
conducentes. Y Argentina no es excepción a ello. En el plano del chamuyo no
hay novedades.
En cambio, lo que si avanza es el arrasamiento del planeta. Los ricos explotan los recursos naturales del Tercer Mundo y en ese derrotero deforestan, contaminan rios y mares, arruinan nuestros alimentos y formas de vida y paisajes.
Los países ricos delaman estar desmaterializando sus economías, consumiendo menos materiales y menos energia en sus paises. Pero ello es a costa de extraerlos de los más pobres. De ello da cuenta la evolución de las respectivas huellas ecológicas.
La hiopcresia reina en el mundo y por aca también. Por un lado, Ong’s exigen No a la minería, al shale gas, etc, pero ¿acaso la sociedad está dispuesta a vivir sin celulares, sin autos? Aun respondiendo afirmativamente, ¿conocemos y estamos dispuestos a aceptar las implicaciones económicas y sociales de esas decisiones? ¿Tenemos idea de cómo sería esa transicion y cómo habrán de amortigüarse las consecuencias a los perjudicados?
Sin duda, la sociedad se construye y recorta con una tijera que funciona con dos hojas; no con una sola.
Hasta la próxima. Sigamos cambiando ideas y discutiendo, ya que sólo de esa manera podremos acercarnos a diseñar un eventual aterrizaje que no sea demasiado traumático.
Horacio Feinstein
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Como
bien
señala Ludueña
hay mucha conversacion y pocas efectividades
conducentes. Y Argentina
no es excepció
n a ello
. En el plano del chamuyo n
o hay novedades.
En cambi
o,
lo que si avanza es el arrasamiento del planeta. Los ricos explotan los recursos naturales
del Tercer
Mundo y en ese derrotero deforestan, contaminan rios y mares, arruinan nuestros alimentos y formas de vida y paisajes.
Los p
aíses
ricos delaman estar desmaterializando sus economías, consumiendo menos materiales y menos energia en sus paises. Pero ello es a costa de extraerlos de los más pobres. De ello da cuenta la evolución de las respectivas huellas ecológicas.
La hiopcresia reina en
el mundo y por aca tam
bién
. Por un lado, Ong’s exigen No a la minería, al shale gas, etc, pero ¿a
caso la sociedad está
dispuesta a vivir sin celulares, sin autos? Aun respondiendo afirmativamente,
¿conocemos y estamos dispuestos a aceptar
las implicaciones
econó
micas
y sociales de
esas
decisiones
? ¿Tenemos idea de có
mo sería esa
transicion y cómo habrán de amortigüarse las consecuencias a los perjudicados
?
Sin duda, la sociedad se construye y recorta con una tijera que funciona con dos hojas
; no con una sola.
Hasta la próxima. Sigamos cambiando ideas y discutiendo, ya que sólo de esa manera podremos acercarnos a diseñar un eventual aterrizaje que no sea demasiado traumático.
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