Nuestro sistema monetario permite que opere un mecanismo de redistribución oculta que constantemente transfiere dinero de los que tienen menos a los que tienen más del que necesitan.
Margrit Kennedy (1939-2013) – Dinero sin inflación ni tasas de interés (1998)
El que ve un fraude y no lo denuncia, es un fraude
Nassim Taleb
La sociedad global es una mezcla de feudo y fraude, es decir una sociedad “fraudal”. El fraudalismo tiene su punto culminante en el sistema monetario.
Sobre casinos y autopistas
Todo aquél que haya jugado alguna vez unas fichas en el casino (o cualquier juego similar) sabe que hay pocos que ganan y muchos que pierden. El dinero que se llevan los que ganan sale del bolsillo de los que pierden.
Todos los juegos de este tipo están diseñados para que gane “la banca”.
Aquél que no quiera jugar, tiene entera libertad para no hacerlo.
Lamentablemente en el casino monetario-financiero global nos meten al juego sin consultarnos y siempre terminamos pagando por un juego en el que no queremos jugar.
Imagine el lector un sistema de peajes público como el que sigue:
Llega a la cabina de peaje un auto absolutamente estándar, con algunos años de uso, bien cuidado,….., en fin, un auto. Al ingresar, podemos observar que el conductor paga al empleado de la cabina una cantidad de dinero “X”.
La operación se repite cada vez que pasa un auto, una y otra vez.
En un momento dado ingresa un vehículo último modelo, un auto costosísimo. Para nuestra sorpresa notamos que el conductor del autazo no desembolsa un sólo centavo y lo que sorprende aún más es que el empleado de la cabina le entrega al conductor una suma de dinero de digamos “100 veces X”. (la relación 100 a 1 tiene sólo carácter ilustrativo)
Este procedimiento se repite siempre y cuando se trate de un auto de lujo.
¿Qué opinaría usted de semejante sistema de peajes?
Pues bien, aunque usted no lo crea, el sistema monetario-financiero en la Argentina y en todo el mundo funciona como el sistema de peajes público que le acabo de explicar.
¿Inconcebible e increíble?
¿Usted no cree que sea posible?
La timba financiera (en la que nos obligan a participar….¡y pagar!)
El sistema monetario en tanto instrumento público facilitador del intercambio de bienes y servicios debería ser absolutamente neutro para todos los ciudadanos.
Sin embargo no lo es.
Imagine por un momento un sistema monetario en el que la inflación y la tasa de interés fuera cero.
En este sistema resulta evidente que -en promedio- los precios se mantendrían estables en el tiempo. Inflación cero no quiere decir necesariamente todos los precios fijos, sino que se incluye la posibilidad de que algunos precios fluctúen (por estacionalidad y otras yerbas) pero finalmente en promedio resulta que la inflación es nula.
No hay duda que la mayoría de los ciudadanos estaría encantado con un sistema así. Se podría ahorrar, planificar gastos, comparar precios, etc.
Pero habría un minúsculo grupo de sujetos que no estarían nada satisfechos con este sistema.
Usted habrá escuchado más de una vez el resbaloso eslogan de los bancos que invitan a la gente a “poner su dinero a trabajar”
La generosa invitación de los bancos consiste en incorporar nuestro dinero a la tenebrosa rueda del interés compuesto.
Los multimillonarios que ponen su dinero a trabajar no trabajan.
¿Por qué su patrimonio se incrementa prácticamente sin riesgo?
¿Por qué los bancos nunca (o casi nunca) quiebran?
Nuevamente Margrit Kennedy no deja dudas:
El dinero, según los bancos, deberá «crecer», «aumentar», «multiplicarse». Por lo general, tratan de impresionarnos con la idea de que el dinero debería «trabajar» para ellos. Pero nadie jamás ha visto que el dinero trabaje. Siempre han sido las personas las que han trabajado, ya fuese con o sin máquinas. Esta propaganda oculta el hecho de que cada marco o dólar que va al inversor de dinero es producto de los esfuerzos realizados por otra persona que ha sido despojada de tal suma, cualquiera sea la forma en que suceda. En otras palabras, el que trabaja por dinero se va empobreciendo en la medida en que se duplica la inversión del que lo posee. Este es todo el misterio de cómo «trabaja» el dinero, -un misterio que los bancos no desean que quede al descubierto.
Creatio ex nihilo
Es aquello que se crea de la nada.
El multiplicador monetario es el mecanismo por el cual los bancos crean dinero de la nada (ex nihilo)
¿Por qué se habla tanto de luchar contra el flagelo de la inflación y la inflación nunca desaparece?
La pregunta anterior le debe resultar familiar y muy parecida a la siguiente: ¿Por qué se habla tanto de la lucha contra el terrorismo y el terrorismo no afloja?
Ambos son mecanismos absolutamente similares en su concepción y falaces en su funcionamiento.
El poder dice que quiere bajar la inflación pero en realidad no quiere que desaparezca, la existencia de la inflación es la que permite justificar la tasa de interés (y la falacia del crecimiento económico) y la creación de dinero ex nihilo, lo cual les permite apoderarse de dinero sin tener que trabajar. (Ese mismo dinero una vez incorporado al circuito económico procede a apropiarse de diversos bienes y servicios y por tanto tiene un efecto altamente inflacionario).
Asimismo, el poder dice que quiere luchar contra el terrorismo pero en realidad no quiere que desaparezca, la existencia del terrorismo es la que permite justificar la creación y mantenimiento del tan redituable complejo militar-industrial y de seguridad.
(Por un lado discursean sobre lo preocupadísimos que están por la inseguridad y bajo cuerda financian a tipos como Ben Laden).
Sin ir más lejos analicemos lo que sucede hoy mismo en Argentina
La autoridad monetaria dice estar preocupadísima con la inflación, ¿Cómo dicen que piensan solucionar el problema?
¡Aumentando la tasa de interés a valores inauditos!
¿Adivine quienes se benefician con la tasa de interés?
Los timberos de las finanzas. Desde luego que ese modus operandi no es sostenible en el tiempo
¿Qué sucede cuando el sistema colapsa?
¿Quiebran los bancos?
Ya sabemos que no, basta recordar el 2001. Los que se perjudican son los ciudadanos comunes en particular y el país en general con el incremento de la fuga de capitales y el aumento vertiginoso de la deuda externa.
Idéntico procedimiento ocurre en el resto del mundo, basta recordar la crisis de 2008.
Es muy claro que al poder no le gustaría una sociedad con inflación cero y tasa de interés cero. Dejarían de percibir la montaña de dinero que les reporta la usura.
Nos encontramos en el vórtice mismo de la «Tercera Guerra Mundial», aunque no haya sido declarada. Es una guerra que se libra con tasas de interés usurarias, precios manipulados y condiciones comerciales no equitativas.
Margrit Kennedy – Dinero sin inflación ni tasas de interés
¿Por qué los políticos nos siguen pidiendo que tengamos esperanza y confianza en este sistema?
La respuesta la ha formulado -ya hace varias décadas- Henry Ford, sin lugar a dudas uno de los más oscuros personajes productivistas de toda la historia:
Está bien que el pueblo no entienda nuestro sistema bancario y monetario, porque si lo entendiera, creo que habría una revolución antes de mañana.
A confesión de parte…