Cualquier proyecto pues que venga de parte de esta clase de gentes , es necesario que se mire con la mayor precaución, y que jamás se adopte antes de ser prolija y escrupulosamente examinado, no solo con la mayor atención, sino aun con la desconfianza de sospechoso: porque estos proyectos se proponen por una clase de gentes , cuyos intereses suelen no ser exactamente conformes a los del público; gentes que tienen las más veces interés en deslumbrar a la nación ; que suelen oprimir al público con sus monopolios ; y quienes en efecto le han oprimido en muchas ocasiones.
Adam Smith (1723-1790) – La riqueza de las naciones (1776)
¿Se ha visto jamás que ningún capitalista, cansado de ganar, trabajase por el bien general? (…) ¿Qué tendero hecho rico se pone a vender al precio de costo?
Pierre Proudhon (1809-1865) – Filosofía de la miseria (1846)
La frase de Proudhon en estos tiempos se la conoce por la famosa expresión “la quieren toda para ellos”.
Hemos explicado en este blog desde distintos enfoques las razones por las cuales es imperioso detener el crecimiento económico.
La discusión sobre la redistribución del ingreso se hace aún más significativa bajo un esquema de crecimiento cero.
Allí, la famosa teoría del derrame -propugnada fundamentalmente desde las usinas de pensamiento neoliberal- entran en terreno pantanoso, puesto que hablar de distribución del ingreso en una economía que crece no es lo mismo que en una economía en estado estacionario.
En este último caso hablar de redistribución del ingreso implicaría necesariamente operar una transferencia desde los sectores de mayores ingresos hacia los de menores ingresos (cosa que resulta inaudita para un rico).
No existe en la esfera cognitiva de un rico (o al menos en el 99% de los casos) la menor posibilidad de consentir una transferencia de ingresos hacia los sectores más desfavorecidos.
En una economía creciente todos podrían ver crecer sus ingresos (incluidos los pobres). Bajo esta situación hay terreno fértil para la justificación del derrame, aun cuando los ricos se apliquen esmeradamente en evitar su efectiva concreción.
La falacia del derrame dice que si los sectores de menores ingresos tienen fe, paciencia y confianza en la economía, el libre mercado y el crecimiento económico, las fuerzas del mercado desembocarán en un maravilloso paraíso de abundancia que derramará desde los sectores más adinerados hacia abajo.
Resulta curioso que jamás se plantee el problema de manera inversa, es decir que los ricos -puesto que son ricos- tengan paciencia y esperen el derrame que ellos mismos consideran será a todas luces un hecho, y mientras tanto se les permita a quienes están en continuo apremio una vida más aliviada.
En todo sistema económico hay dos y sólo dos consecuencias posibles para cualquier acción que se tome y –paradójicamente- ambas tienen consecuencias injustas.
a.- redistribución desde los sectores que más tienen hacia los que menos tienen
b.- redistribución desde los sectores que menos tienen hacia los que más tienen
El coeficiente o índice de Gini es el que se ocupa de medir este mecanismo redistributivo en un país y toma valores entre cero y uno.
Si el índice fuera cero (no hay ningún caso en el mundo) en ese país todos tendrían exactamente el mismo nivel de ingresos. (primera injusticia)
Si el índice fuera uno (no hay ningún caso en el mundo) en ese país una sola persona tendría todo el ingreso y el resto de sus conciudadanos no tendría absolutamente nada. (segunda injusticia)
Entre las dos injusticias que hemos descripto para los valores extremos del índice de Gini hay una diferencia central:
En el primer caso se alcanza el pleno empleo y nadie se muere de hambre, en tanto que en el segundo caso el desempleo alcanza su valor máximo y casi todos se mueren de hambre.
En el primer caso se alcanza una sociedad ciento por ciento inclusiva ya que todos quedan incorporados al sistema, en el segundo caso se termina con la sociedad. Tratándose de dos extremos injustos se debería tratar de dirigir la evolución de la economía hacia la situación de menor injusticia que se corresponde –sin lugar a dudas- con el índice de Gini tendiendo a cero.
Hoy día, en todos los países el índice de Gini toma aproximadamente valores entre 0.25 (Noruega, Finlandia, Suecia) y 0.70 (algunos países de África)
Cuando ocurre “a” el índice de Gini baja y la clase media se ensancha.
Cuando ocurre “b” el índice de Gini sube y la clase media disminuye.
¿Ud qué tipo de redistribución prefiere, “a”o “b”?
La pregunta que acaba usted de leer es central formulársela a todo político, economista, empresario y dirigente en general.
Debemos procurar el bien general, y cuando éste se halla en conflicto con el interés propio, el interés propio debe ceder el paso.
Bertrand Russell (1872-1970)
Tengo, pues, el derecho de insistir en mi pregunta: ¿Cómo habiendo quintuplicado nuestra riqueza y no habiendo aumentado la población más que en un 50 por 100, todavía existen pobres en Francia?
Pierre Proudhon – Filosofía de la miseria
¿Cómo ha evolucionado el índice de Gini en Argentina?
Si tomamos los valores del índice desde la vuelta a la democracia podemos establecer algunos períodos significativos (invito al lector a buscar por su cuenta la evolución del índice)
Desde 1984 hasta 2003 el índice sube sensiblemente.
Desde 2003 hasta 2012 el índice baja sensiblemente.
Desde 2012 hasta 2015 el índice permanece amesetado.
Desde 2016 el índice de Gini sube sensiblemente.
El verdadero efecto derrame sólo se produce cuando el índice de Gini baja.
Asimismo se alcanza el derrame si en la actividad comercial cada uno de nosotros gasta su dinero haciéndolo circular hacia aquellas personas o empresas del mercado que se encuentran en la situación más débil.
Por ejemplo entre comprar una silla al carpintero del barrio o comprarla en un gran centro comercial es preferible el carpintero aún cuando incluso cueste un poco más. Usted se preguntará porqué.
Lo más probable es que las ganancias del centro comercial sean giradas al exterior y por lo tanto el dinero en cuestión no derrama sino que “desangra” (la economía nacional)
Ni qué decir entre la disyuntiva de comprar productos de fabricación local antes que importados.
El índice de Gini también puede calcularse con relación al reparto de tierras en un país o región. Según el último informe de Oxfam en América Latina el 1% de los propietarios concentra más tierra que el 99% restante.
En Argentina alrededor del 1% de los propietarios de extensiones productivas concentra el 34% del territorio.
Hay una cuestión que resulta incuestionable: los gobiernos neoliberales fueron, son y serán anti-derrame (el único derrame que consiguen es el de lágrimas de los trabajadores cuando flexibilidad laboral mediante los dejan sin trabajo)
¿Cómo es posible que los gobiernos que trabajan tan eficientemente en contra de los intereses de la mayoría –entre otras cosas haciendo subir el índice de Gini- logren ser votados?
Si los hombres son suficientemente irracionales, se les puede inducir a que sirvan a tus intereses bajo la impresión de que están sirviendo a los suyos propios. Este caso es muy corriente en la política. La mayoría de los líderes políticos adquieren su posición al lograr que un gran número de personas crean que estos líderes se mueven por motivos altruistas.
Bertrand Russell
Finalmente:
¿Usted prefiere que la sociedad evolucione hacia la igualdad o hacia la desigualdad?