Es necesario considerar como histórico el año 1972, el del informe Meadows encargado por el Club de Roma y que sitúa el problema en su dimensión planetaria. Es verdad que sus métodos de cálculo fueron simplistas, pero el objetivo del informe Meadows constituía un primer esfuerzo por considerar en conjunto el devenir humano y el biológico a escala planetaria. Del mismo modo, los primeros mapas establecidos en la Edad Media por los navegantes árabes comportaban enormes errores en la situación y la dimensión de los continentes, pero constituían el primer esfuerzo para concebir el mundo.
Edgard Morin
Los seis integrantes del Comité Ejecutivo[1] del Club de Roma (CE-CR) incluyeron en el libro Los Límites del Crecimiento (LLC), sus comentarios sobre las implicancias políticas, económicas, sociales y ambientales de los resultados del trabajo llevado adelante por el equipo técnico del Massachusetts Institute of Technology (MIT)[2]. Estos comentarios tienen plena vigencia y cobran particular relevancia cuando, a 45 años de la publicación, hoy constatamos que entre 1970 y 2010, las variables consideradas siguieron – casi exactamente – las tendencias anticipadas en el escenario denominado World Model Standard Run[3] el cual conducía a una situación de sobregiro y colapso ecosocial global (ver anexo).
El informe Los Límites del Crecimiento y los comentarios del CE-CR son el legado histórico de quienes, tomando conciencia de las restricciones cuantitativas del ambiente mundial y de las trágicas consecuencias ecosociales que trae aparejado exceder los límites biofísicos, se atrevieron a cuestionar nuestro insostenible estilo de vida y proponer un cambio de rumbo copernicano de esta alocada carrera que nos lleva – inexorablemente – a la autodestrucción.
Ante el escenario ecosocial global que enfrentamos, caracterizado por una crisis ecológica antropogénica y un proceso de concentración de la riqueza sin precedentes, resulta conveniente repasar las graves advertencias que fueran formuladas en la década del año 1970 y que – cual maldición de Kassandra – desoídas, ignoradas e incluso ridiculizadas, eran – fatalmente – ciertas.
Como lo propone Carl Sagan en Miles de Millones, el mito de Kassandra simboliza el extremo de un rechazo estólido e inamovible de la posibilidad de un peligro; la resistencia que oponemos cuando nos toca enfrentar una predicción ominosa que alude a fuerzas inmensas sobre las que no es fácil ejercer influencia alguna, frente a lo cual mostramos una tendencia natural a rechazarlas o no tomarlas en consideración.
Repasando el futuro
Los dos objetivos que se perseguían alcanzar con la investigación encargada al equipo del Massachusetts Institute of Technology (MIT) por el Club de Roma eran:
- Obtener información sobre los límites de nuestro sistema mundial y las limitaciones que imponen a las actividades y el número de personas.
- Ayudar a identificar y estudiar los elementos dominantes, y sus interacciones, que influyen en el comportamiento a largo plazo de los sistemas mundiales.
El CE-CR señalaba en la década del año 1970 que:…el hombre tiende hacia un crecimiento continuo, a menudo acelerado, de la población, la ocupación de la tierra, la producción, el consumo, los deshechos, etc., asumiendo ciegamente que su entorno permitirá tal expansión, que otros grupos cederán, o que la ciencia y la tecnología eliminarán los obstáculos.
Lo cierto es que ninguna de las variables relevantes, tanto económicas, como sociales o ambientales, han dejado de crecer exponencialmente desde 1970 hasta nuestros días, demostrando con el actual escenario de crisis ecosocial global qué dicho crecimiento no es compatible con las dimensiones de nuestro planeta finito y con las necesidades fundamentales de nuestra emergente sociedad mundial.
Es importante destacar que para el CE-CR la investigación encargada al MIT no debía ser pensada como una pieza de futurología ya que no era otra cosa que un análisis de las tendencias actuales [1970], sus interacciones y los posibles resultados.
Es por lo anterior que afirmaban que su objetivo era el de: …advertir sobre la posible crisis mundial si se permite que estas tendencias continúen, y así ofrecer la oportunidad de realizar cambios en nuestros sistemas políticos, económicos y sociales para garantizar que estas crisis no lleguen a ocurrir.
Un aspecto importante de los comentarios del CE-CR era el dedicado a las principales críticas que recibió el trabajo en sus dos presentaciones previas a la publicación del informe LLC (llevadas a cabo en el verano de 1971, una en Moscú y otra en Río de Janeiro) y en las respuestas de unas cuarenta personas, la mayoría miembros del Club de Roma, a quienes se remitió un borrador preliminar del informe.
En los comentarios que estamos analizando se destacaban las siguientes observaciones críticas al informe:
- Se consideraron insuficientes el número de variables empleadas y, en consecuencia, las interacciones estudiadas resultaban parciales[4].
- Se sugirió que no se había dado suficiente peso a las posibilidades de avances científicos y tecnológicos para resolver ciertos problemas[5].
- Se sugirió que la posibilidad de descubrir existencias de materias primas en áreas que aún no se habían explorado suficientemente era mucho mayor de lo que se suponía en el modelo[6].
- Se consideró que el modelo era demasiado «tecnocrático» y observaron que no incluía factores sociales críticos, como los efectos de la adopción de diferentes sistemas de valores[7].
El CE-CR también resaltaba el enfoque global del proyecto desarrollado remarcando que: …dada la heterogeneidad de la sociedad mundial, las estructuras políticas nacionales y los niveles de desarrollo, las conclusiones del estudio, aunque son válidas para nuestro planeta en su conjunto, no se aplican en detalle a ningún país o región en particular, agregando que: …las consecuencias anticipadas por el modelo…sin duda aparecerían primero mediante una serie de crisis y desastres locales.
Para los miembros del CE las medidas correctivas apresuradas o el intento de aislarse confiando en la autosuficiencia, agravarían la situación en tanto lo acontecido en el resto de los países, tanto industriales como periféricos conducirían a una desintegración social contagiosa a escala global.
Un aspecto destacable de los comentarios es el de desenmascarar la naturaleza exponencial del crecimiento humano dentro de un sistema cerrado, afirmando que tal concepto es raramente mencionado o apreciado en la política práctica a pesar de sus inmensas implicaciones para el futuro de nuestro planeta finito[8].
Otro aspecto destacado y que a 45 años se mantiene vigente es el referido a tachar de pesimistas a quienes advierten sobre las consecuencias del modelo de crecimiento continuo en un planeta finito. En los comentarios del CE se menciona por ejemplo que:
Muchos creerán que, en el crecimiento de la población, por ejemplo, la naturaleza tomará medidas correctivas, y las tasas de natalidad disminuirán antes de alcanzar una situación de catástrofe. Otros simplemente pueden sentir que las tendencias identificadas en el estudio están más allá del control humano; estas personas esperarán a que «surja algo». Otros esperarán que correcciones menores en las políticas actuales conduzcan a un reajuste gradual y satisfactorio y posiblemente al equilibrio. Y muchos otros tienden a confiar en la tecnología, con su supuesta cornucopia de soluciones.
Para el CE-CR es necesario intensificar estos debates en tanto ayudan a determinar la verdadera escala de la crisis que enfrenta la humanidad y los niveles de severidad que es probable que alcance durante las próximas décadas, con el objeto que: …un número creciente de personas en todo el mundo se pregunte seriamente si el impulso del crecimiento actual no puede sobrepasar la capacidad de carga de este planeta, y considerar las trágicas consecuencias que un exceso puede implicar para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.
La importancia de los comentarios del CE-CR es que ellos logran traducir los datos técnicos aportados por el equipo del MIT, en forma de un claro mensaje para la humanidad, resumido en las siguientes reflexiones:
1 – Estamos convencidos de que tomar conciencia de las restricciones cuantitativas del ambiente mundial y de las consecuencias trágicas de un exceso es esencial para el inicio de nuevas formas de pensamiento que conduzcan a una revisión fundamental de la conducta humana y, en consecuencia, de la estructura entera de la sociedad actual.
Es sólo ahora que, habiendo comenzado a comprender algo de las interacciones entre crecimiento demográfico y crecimiento económico, y habiendo alcanzado ambos niveles sin precedentes, nos vemos obligados a tener en cuenta las limitadas dimensiones del planeta y los techos a nuestra presencia y actividad. Por primera vez, se ha vuelto vital investigar el costo del crecimiento material irrestricto y considerar alternativas a su continuación.
2 – Estamos además convencidos de que la presión demográfica en el mundo ha alcanzado un nivel tan elevado y, por otra parte, está tan desigualmente distribuida, que solo esto debe obligar a la humanidad a buscar un estado de equilibrio en nuestro planeta.
Todavía existen zonas subpobladas; pero, considerando el mundo como un todo, el punto crítico en el crecimiento de la población se está acercando, si no se ha alcanzado ya. Por supuesto, no existe un único nivel óptimo de población a largo plazo; más bien, hay una serie de equilibrios entre niveles de población, estándares sociales y materiales, libertad personal y otros elementos que componen la calidad de vida. Dado el stock finito y decreciente de recursos no renovables y el espacio finito de nuestro globo, un número creciente de personas eventualmente implicará un nivel de vida inferior y una problemática más compleja. Por otro lado, no se pondría en peligro ningún valor humano fundamental si se nivelara el crecimiento demográfico.
3 – Reconocemos que el equilibrio del mundo puede llegar a ser una realidad sólo si los llamados países en vías de desarrollo, mejoran sustancialmente, tanto en términos absolutos como en relación a los países económicamente desarrollados, y afirmamos que esta mejora sólo se puede lograr a través de una estrategia global. A falta de un esfuerzo mundial, las brechas y las desigualdades ya explosivas de hoy continuarán creciendo. El resultado sólo puede ser un desastre, ya sea por el egoísmo de los países que continúan actuando exclusivamente por sus propios intereses, o por una lucha de poder entre las naciones en desarrollo y desarrolladas. El sistema mundial simplemente no es lo suficientemente amplio ni lo suficientemente generoso como para soportar mucho más tiempo este comportamiento egocéntrico y conflictivo de sus habitantes. Cuanto más nos acerquemos a los límites materiales del planeta, más difícil será abordar este problema.
4 – Afirmamos, sin embargo, que la cuestión global del desarrollo está tan estrechamente vinculada con otras cuestiones mundiales que debe desarrollarse una estrategia global para atacar todos los problemas importantes, en particular los de la relación del hombre con su entorno. Con la población mundial duplicándose en un poco más de 30 años será difícil satisfacer las necesidades y expectativas de tantas personas en un período tan corto de tiempo. Es probable que intentemos satisfacer estas demandas mediante la sobreexplotación de nuestro ambiente natural y deteriorando aún más la capacidad de vida de la Tierra. Por lo tanto, en ambos lados de la ecuación humanos-ambiente, la situación tenderá a empeorar peligrosamente. No podemos presentar soluciones tecnológicas que por sí solas nos puedan sacar de este círculo vicioso. La estrategia para abordar las dos cuestiones clave del desarrollo y el ambiente debe concebirse como una estrategia conjunta.
5 – Reconocemos que la compleja problemática mundial está compuesta en gran medida de elementos que no pueden expresarse en términos mensurables. Sin embargo, creemos que el enfoque predominantemente cuantitativo utilizado en este informe es una herramienta indispensable para comprender el funcionamiento de la problemática. Y esperamos que tal conocimiento pueda conducir a un dominio de sus elementos. Aunque todas las principales cuestiones mundiales están fundamentalmente vinculadas, todavía no se ha descubierto ningún método para abordar el conjunto de manera efectiva. El enfoque que hemos adoptado puede ser extremadamente útil para reformular nuestro pensamiento sobre toda la situación humana. Nos permite definir los equilibrios que deben existir dentro de la sociedad humana y entre la sociedad humana y su hábitat y percibir las consecuencias que pueden acarrear cuando dichos equilibrios se interrumpen.
6 – Estamos unánimemente convencidos de que la tarea primordial que enfrenta la humanidad es la rápida y radical corrección de la desequilibrada situación mundial, peligrosamente deteriorada. Nuestra situación es tan compleja y es claramente un reflejo de las múltiples actividades del hombre, pero sin embargo, ninguna combinación de medidas y dispositivos puramente técnicos, económicos o legales puede traer mejoras sustanciales. Se requieren enfoques totalmente nuevos para reorientar la sociedad hacia objetivos de equilibrio en lugar de crecimiento. Tal reorganización implicará un esfuerzo supremo de comprensión, imaginación y resolución política y moral. Creemos que el esfuerzo es factible y esperamos que esta publicación ayude a movilizar fuerzas para que sea posible.
7 – Este esfuerzo supremo es un desafío para nuestra generación. No se puede pasar a la siguiente. El esfuerzo debe ser resueltamente emprendido sin retraso, y una redirección significativa debe ser alcanzada durante esta década. Aunque inicialmente el esfuerzo puede centrarse en las implicaciones del crecimiento, particularmente del crecimiento de la población, pronto habrá que abordar la totalidad de la problemática mundial. Creemos, de hecho, que la necesidad se hará evidente rápidamente para que la innovación social se adapte al cambio técnico, a la reforma radical de las instituciones y los procesos políticos a todos los niveles, incluido el más alto, el de la política mundial. Estamos seguros de que nuestra generación aceptará este reto si entendemos las trágicas consecuencias que la inacción puede traer.
8 – No cabe duda de que si la humanidad se embarca en un nuevo rumbo, serán necesarias medidas internacionales concertadas y una planificación conjunta a largo plazo a escala y alcance sin precedentes. Este esfuerzo exige un esfuerzo conjunto de todos los pueblos, sea cual sea su cultura, sistema económico o nivel de desarrollo. Pero la responsabilidad principal debe recaer en las naciones más desarrolladas, no porque tengan más visión o humanidad, sino porque, habiendo propagado el síndrome del crecimiento, siguen siendo la fuente del progreso que lo sustenta. A medida que se desarrollen mayores conocimientos sobre el estado y el funcionamiento del sistema mundial, estas naciones se darán cuenta de que en un mundo que necesita fundamentalmente estabilidad, sus altas mesetas de desarrollo sólo pueden justificarse o tolerarse si no sirven como trampolines para alcanzar niveles aún más alto, sino para organizar una distribución más equitativa de la riqueza y los ingresos en todo el mundo.
9 – Apoyamos inequívocamente la afirmación de que un freno impuesto a las espirales demográficas y de crecimiento económico mundial no debe conducir a un congelamiento del status quo del desarrollo económico de las naciones del mundo. Si esa propuesta surgiera de las naciones ricas, sería tomada como un acto final de neocolonialismo. El logro de un estado armonioso de equilibrio económico, social y ecológico global debe ser una empresa conjunta basada en una convicción conjunta, con beneficios para todos. El mayor liderazgo será exigido a los países económicamente desarrollados, ya que el primer paso hacia ese objetivo sería fomentar una desaceleración en el crecimiento de su propio producto material y, al mismo tiempo, ayudar a los países en desarrollo en sus esfuerzos para avanzar más rápidamente en sus economías.
10 – Afirmamos finalmente que cualquier intento de alcanzar un estado de equilibrio racional y duradero debe basarse en un cambio básico de valores y metas a nivel individual, nacional y mundial.
Los miembros del CE-CR, plenamente conscientes de las virulentas reacciones que generaría la publicación del Informe Meadows advirtieron que: por…nuestra tradición, educación, actividades actuales e intereses las urgentes y necesarias transformaciones se verán atacadas y serán muy lentas. En consecuencia consideraron que sólo una comprensión real de la condición humana en este momento decisivo de la historia puede proporcionar una motivación suficiente para que la gente acepte los sacrificios individuales y los cambios en las estructuras de poder político y económico necesarios para alcanzar un estado de equilibrio.
Al leer Los Límites del Crecimiento normalmente emerge un interrogante: ¿es realmente tan grave la situación mundial? Frente a lo cual, el CE-CR manifiesta que sus integrantes estarían muy felices si las evaluaciones provisionales resultaran demasiado sombrías, pero también afirman que creen firmemente que las advertencias que contiene este libro están ampliamente justificadas y que los objetivos y las acciones de nuestra civilización actual sólo pueden agravar los problemas del mañana.
Se debe destacar aquí que antes de pesimista o desesperada, la mirada del CE-CR y del equipo técnico del MIT, es una mirada de preocupación, su actitud es siempre propositiva describiendo las alternativas al crecimiento sin freno y desastroso, y por sobre todas las cosas es una mirada absolutamente realista, lo cual queda muy bien reflejado en los siguientes párrafos de sus reflexiones:
El concepto de una sociedad en un estado estacionario de equilibrio económico y ecológico constante puede parecer fácil de comprender, aunque la realidad está tan alejada de nuestra experiencia como para exigir una revolución copernicana de la mente. Sin embargo, traducir la idea en hechos es una tarea llena de abrumadoras dificultades y complejidades. Podemos hablar seriamente sobre dónde empezar sólo cuando el mensaje de Los Límites del Crecimiento, y su sentido de extrema urgencia, sean aceptados por un gran cuerpo de opinión científica, política y popular en muchos países. La transición en cualquier caso es probable que sea dolorosa, y hará exigencias extremas en el ingenio humano y la determinación. Como hemos mencionado, sólo la convicción de que no hay otro camino para la supervivencia puede liberar las fuerzas morales, intelectuales y creativas necesarias para iniciar esta empresa humana sin precedentes.
Pero queremos destacar el desafío en lugar de la dificultad de trazar el camino hacia una sociedad estable.
Creemos que un número inesperadamente grande de hombres y mujeres de todas las edades y condiciones responderá fácilmente al desafío y estará ansioso por discutir no si, sino cómo podemos crear este nuevo futuro.
El último pensamiento que queremos ofrecer es que el hombre debe explorarse a sí mismo, sus metas y valores, tanto como el mundo que busca cambiar. La dedicación a ambas tareas debe ser interminable.
El quid de la cuestión no es sólo si la especie humana sobrevivirá, sino más aún si puede sobrevivir sin caer en un estado de existencia carente de valor.
ANEXO: Consecuencias esperables descritas en el Informe Meadows para el caso del escenario World Model Standard Run
El World Model Standard Run no supone ningún cambio importante en las relaciones físicas, económicas o sociales que históricamente han gobernado el desarrollo del sistema mundial. Todas las variables trazadas aquí siguen los valores históricos de 1900 a 1970. Los alimentos, la producción industrial y la población crecen exponencialmente hasta que la rápida disminución de la base de recursos obliga a una desaceleración del crecimiento industrial. Debido a los retrasos naturales en el sistema, tanto la población como la contaminación continúan aumentando durante algún tiempo después del pico de la industrialización. El crecimiento de la población finalmente se detiene por un aumento en la tasa de mortalidad debido a la disminución de los alimentos y los servicios médicos.
Todos los niveles del modelo (población, capital, contaminación, etc.) comienzan con los valores de 1900. De 1900 a 1970 las variables trazadas en la figura 35 (y muchas otras variables incluidas en el modelo pero no trazadas aquí) coinciden en general con sus valores históricos en la medida en que los conocemos. La población aumenta de 1.600 millones en 1900 a 3.500 millones en 1970. Aunque la tasa de natalidad disminuye gradualmente, la tasa de mortalidad disminuye más rápidamente, especialmente después de 1940, y la tasa de crecimiento de la población aumenta. La producción industrial, la alimentación y los servicios per cápita aumentan exponencialmente. La base de recursos en 1970 sigue siendo aproximadamente el 95 por ciento de su valor de 1900, pero disminuye dramáticamente a partir de entonces, ya que la población y la producción industrial continúan creciendo.
Figure 35 WORLD MODEL STANDARD RUN
El modo de comportamiento del sistema mostrado en la figura 35 es claramente el de sobrepaso y colapso. En esta corrida el colapso se produce debido al agotamiento de los recursos no renovables. El stock de capital industrial crece a un nivel que requiere un enorme aporte de recursos. En el proceso mismo de ese crecimiento agota una gran parte de las reservas de recursos disponibles. A medida que suben los precios de los recursos y se agotan las minas, se debe utilizar cada vez más capital para obtener recursos, dejando menos que invertir para el crecimiento futuro. Por último, la inversión no puede mantenerse a la altura de la depreciación y la base industrial se derrumba, llevando consigo los servicios y los sistemas agrícolas que se han vuelto dependientes de insumos industriales (como fertilizantes, pesticidas, laboratorios hospitalarios, ordenadores y especialmente energía para la mecanización). Por un corto tiempo la situación es especialmente grave porque la población, con los retrasos inherentes a la estructura de edad y al proceso de ajuste social, sigue aumentando. Finalmente, la población disminuye cuando la tasa de mortalidad se dispara por la falta de alimentos y servicios de salud.
El momento exacto de estos eventos no es significativo, dada la gran agregación y muchas incertidumbres en el modelo. Es significativo, sin embargo, que el crecimiento se detiene mucho antes del año 2100. Hemos intentado en cada caso dudoso hacer la estimación más optimista de cantidades desconocidas, y también hemos ignorado eventos discontinuos como guerras o epidemias, que podrían actuar para poner fin al crecimiento incluso antes de lo que nuestro modelo indicaría. En otras palabras, el modelo está sesgado para permitir que el crecimiento continúe más de lo que probablemente pueda continuar en el mundo real. Por lo tanto, podemos decir con cierta confianza que, con el supuesto de que no se produzca un cambio importante en el sistema actual, el crecimiento demográfico e industrial ciertamente cesará en el próximo siglo [se refieren al siglo XXI], a más tardar.
El sistema mostrado en la figura 35 colapsa debido a una crisis de recursos. ¿Qué pasa si nuestra estimación del stock global de recursos es incorrecta? En la figura 35 supusimos que en 1970 había un suministro de 250 años de todos los recursos, a las tasas de uso de 1970. La columna del índice de reserva estática de la tabla de recursos del capítulo II verificará que este supuesto es realmente optimista. Pero seamos aún más optimistas y supongamos que los nuevos descubrimientos o avances en la tecnología pueden duplicar la cantidad de recursos económicamente disponibles. En la figura 36 se muestra una corrida del modelo bajo esa suposición.
El modo global de comportamiento en la figura 36 – crecimiento y colapso – es muy similar al de la serie estándar. En este caso, la principal fuerza que detiene el crecimiento es un aumento repentino en el nivel de contaminación causado por una sobrecarga de la capacidad natural de absorción del medio ambiente. La tasa de mortalidad se eleva abruptamente por la contaminación y la falta de alimentos. Al mismo tiempo, los recursos están gravemente agotados, a pesar de la cantidad duplicada disponible, simplemente porque unos pocos años más de crecimiento exponencial en la industria son suficientes para consumir esos recursos adicionales.
¿Es que el futuro del sistema mundial está destinado a crecer y luego colapsar en una triste existencia? Sólo si hacemos la suposición inicial de que nuestra actual forma de hacer las cosas no va a cambiar.
NOTAS
[1] El Comité Ejecutivo del Club de Roma estaba integrado por Alexander King (1909 – 2007); Saburō Ōkita (1914 –1993); Aurelio Peccei (1908 – 1984); Eduard Christian Kurt Pestel (1914 – 1988); Hugo Thiemann (1917 – 2012) y Caroll L. Wilson (1911 –1983)
[2] The MIT Project Team: Dr. Dennis L. Meadows, director, United States; DR. ALISON A. ANDERSON, United States (pollution); DR. JAY M. ANDERSON, United States (pollution); ILYAS BAYAR, Turkey (agriculture); WILLIAM W. BEHRENS III, United States (resources); FARHAD HAKIMZADEH, Iran (population); DR. STEFFEN HARBORDT, Germany (socio-political trends); JUDITH A. MACHEN, United States (administration); DR. DONELLA H. MEADOWS, United States (population); PETER MILLING, Germany (capital); NIRMALA S. MURTHY, India (population); ROGER F. NAILL, United States (resources); JORGEN RANDERS, Norway (pollution); STEPHEN SHANTZIS, United States (agriculture); JOHN A. SEEGER, United States (administration); MARILYN WILLIAMS, United States (documentation); ERICH K. O. ZAHN, Germany (agriculture).
[3] Después de comparar los diversos escenarios generados por World3 con los datos recientes sobre población, producción industrial y otras variables, Graham Turner de la Universidad de Melbourne y, por separado, la Agencia de Evaluación Ambiental de Países Bajos concluyen que el sistema global sigue de cerca las tendencias anticipadas en Los Límites del Crecimiento.
[4] Sin embargo, en general se reconoció que, con un modelo mundial simple, es posible examinar el efecto de un cambio en los supuestos básicos o simular el efecto de un cambio en la política para ver cómo esos cambios influyen en el comportamiento del sistema a lo largo del tiempo. Una experimentación similar en el mundo real sería larga, costosa y en muchos casos imposible.
[5] Sin embargo, en este punto se acordó que los desarrollos científico-técnicos probablemente llegarían demasiado tarde para evitar un desastre demográfico o ambiental. En cualquier caso, probablemente solo retrasarían la crisis en lugar de evitarla, ya que la problemática consiste en cuestiones que requieren más que soluciones técnicas.
[6] Pero, nuevamente, tales descubrimientos solo pospondrían la escasez en lugar de eliminarla. Sin embargo, se debe reconocer que la extensión de la disponibilidad de recursos por varias décadas podría darle tiempo al hombre para encontrar soluciones.
[7] El presidente de la reunión de Moscú resumió este punto cuando dijo: «El hombre no es un mero dispositivo biocibernético». Esta crítica es admitida fácilmente. El presente modelo considera al hombre solo en su sistema material porque los elementos sociales válidos simplemente no podrían ser ideados e introducidos en este primer esfuerzo. Sin embargo, a pesar de la orientación material del modelo, las conclusiones del estudio apuntan a la necesidad de un cambio fundamental en los valores de la sociedad.
[8] Sobre crecimiento exponencial en un planeta finito ver: Bartlett, Albert: Aritmética, población y energía