Carlos Merenson

Grobocopatel tiene razón cuando afirma que: hay que permitir que algunos sectores desaparezcan. Es que estoy convencido que hay que permitir que aquellos sectores de la producción que resulten insostenibles deben desaparecer. Sectores de la producción que no podrían existir sin el aporte energético de los menguantes combustibles fósiles; sectores de la producción que requieren de diez veces más Kcal que ingresan al sistema de producción que las Kcal obtenidas en su producto final; sectores de la producción que impactan en forma irreversible sobre la diversidad biológica; que hacen un despilfarro del agua; que generan migraciones de las comunidades locales e indígenas; que envenenan con sus insumos químicos; que conciben sus sistemas de producción como una guerra bioquímica contra la naturaleza, esos sectores, indudablemente, deben desaparecer.

Aquellos sectores de la producción que no pueden reducir a cero sus intervenciones acumulativas y daños irreversibles; sectores cuyas tasas de recolección de los recursos renovables son mayores a las tasas de regeneración de estos recursos; sectores que explotan recursos naturales no renovables, a una tasa de vaciado mayor a la tasa de creación de sustitutos renovables y sectores que emiten residuos a tasas mayores a las capacidades naturales de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos residuos, son sectores que, indudablemente, deben desaparecer.

Se trata de sectores de la producción que nos hacen ir a contramano del verdadero progreso y por eso deben desaparecer para dar lugar a modelos de producción que sean intensivos en conocimientos, trabajo y diversidad; basados en imitar muchas de las estrategias que utiliza la naturaleza para dar estabilidad a los sistemas (en lugar de contrariarlas), un modelo de producción que no requiera del empleo de insumos externos al ecosistema y que, en definitiva, sea realmente sostenible.

En consecuencia, creo no equivocarme si afirmo que Grobocopatel tiene razón y que tenemos que permitir que la agroindustria desaparezca, dejando lugar a nuevas y verdaderamente sostenibles formas de producir alimentos.