Guillermo Baliña

Si el genial Enrique Santos Discépolo logró descubrir y describir el cambalache de su siglo XX, que no hubiera podido decir de este hipecambalachesco siglo XXI.

Quizás nos hubiera dicho…    

Que la guerra fue y será una porquería, ya lo sé…
En el mil nueve ochenta y dos
y en el dos mil cien, también.
Que siempre ha habido bancos,
petroleras y desplazaos,
megaminería y Glifosatos,
deforestación y Chernobyl…
Pero que el siglo veintiuno
es un despliegue
de CO2 insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos con el dengue
y con el mismo Fondo todos endeudaos…

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser ecologista que contaminador!…
¡Juez (y parte), sabio, chorro
poderoso o estafador!…
¡Y todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo una vaca (muerta)
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los “economistas”
nos han igualao.
Que uno vive en LaAngostura
que otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
“periodista”, rey de bastos,
usurero o polizón!…

¡Qué falta de justicia, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un fiscal!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Illich va von Hayek
y Milton,
Don Donaldltram y Grinpis
Videla y San Martín
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los yopins
se ha mezclao la vida
y herida por un incendio en Amazonia
vi llorar Laudato
contra un calefón…

¡Siglo veintiuno, hipercambalache
problemático y senil…
El que no llora no mama
y el que no contamina es un gil!
¡Dale, nomás! ¡Crecimiento que va!
¡Que allá en el desierto
se vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao,
que a nadie importa
si el clima se ha pirao!
Que es lo mismo el que pedalea
noche y día como un buey,
que el que vive de guolstrit,
de las feiñus, del coronavirus
o está fuera de la ley!