El pasado 11 de mayo, BBC News Mundo publicó un artículo de Carlos Serrano (@carliserrano) en el que se incluye el siguiente gráfico:
Las caídas experimentadas durante sucesos extraordinarios como la epidemia de gripe española; la Gran Depresión; el fin de la Segunda Guerra Mundial; las crisis petroleras; el colapso de la URSS y la crisis financiera de 2007 son superadas por la caída esperada en las emisiones de CO2 para el corriente año, motivada por la pandemia de covid-19 que según los especialistas del portal especializado Carbon Brief, será de entre un 4% y 8%.
Basado en estos datos Serrano afirma que la pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia.
Estos datos contrastan con los 26 años de inconducentes negociaciones en las Conferencias de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que dieron inicio cuando las concentraciones atmosféricas de CO2 alcanzaban a 360 ppm. Hoy -26 COP´s mediante- dichas concentraciones superan las 416 ppm.
Frente al evidente fracaso de la comunidad internacional para alcanzar el objetivo autoimpuesto de la convención, nos encontramos que en tan solo 90 días, las medidas adoptadas por la mayor parte de los países del mundo para enfrentar la pandemia de covid-19 ocasionan la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia.
Si la única manera que el sistema tiene para disminuir significativamente las emisiones de GEI´s es con una cuarentena global, queda claro que en el marco del actual sistema-mundo productivista no ha resultado, no resulta y no resultará posible frenar el cambio climático antropogénico.
Es en este contexto que se han alzado voces advirtiendo que la actual pandemia de covid-19 tiene el potencial necesario para impulsar un cambio de rumbo de la humanidad y que el compromiso con dicho cambio de rumbo debe plasmarse en un Green New Deal .
Lamentablemente, ni la pandemia tiene semejante potencial de cambio; ni un pacto entre incumplidores seriales tendría efecto alguno sobre el insostenible rumbo del sistema-mundo productivista.
Es altamente probable que los humanos usando su ingenio neutralicen la amenaza del covid-19. El problema es que ese mismo ingenio, una vez superado el escollo, seguirá alimentando la insostenible «normalidad» a la que se quiere retornar, en la que el cambio climático se agudiza, los componentes de la diversidad biológica se degradan y extinguen, la riqueza se concentra y la humanidad continua en su alocada carrera hacia la autodestrucción.
Imaginar que la pandemia obrará el milagro de encaminarnos hacia un sistema socioeconómico convivencial y verdaderamente sostenible; imaginar que se puede llegar a firmar un pacto ecosocial con los representantes de los intereses responsables del actual estado de cosas, en el mejor de los casos, es una actitud voluntarista e ingenua y en el peor de los casos, es una actitud que pretende canalizar descontentos sociales hacia el camino del negocio como de costumbre.
El camino: la vía ecologista