Guillermo BALIÑA

Lindy´s  es un bar ubicado en Nueva York en las proximidades de los teatros de Broadway. Es visitada con frecuencia por actores y obviamente un tema recurrente de conversación entre ellos es cavilar acerca de cuánto tiempo permanecerá en cartelera una obra en particular.

Algo resultaba concluyente: cuanto más tiempo “sobrevivía” una obra en cartelera más probable resultaba su continuidad.

A la inversa que la esperanza de vida de los seres vivos que disminuye con el paso del tiempo, la esperanza de vida de ciertas “estructuras” aumenta con el paso del tiempo.

Por esta razón, el efecto Lindy es una ley de supervivencia.

No solo en el ámbito del espectáculo resulta aplicable el efecto Lindy.

Si nos preguntamos cómo serán las construcciones dentro de miles de años lo más probable es que se asemejen más a las construcciones de hace miles de años que no a las actuales.

Es decir, las construcciones en el futuro lejano es mucho más probable que sean realizadas con adobe, madera y piedra que no con acero y aluminio.

En ciencia el criterio Popperiano de falsación es una ley de supervivencia (Lindy) para cualquier teoría científica. La teoría Geocéntrica fue superada por la teoría Heliocéntrica, esta última sobrevivirá mientras no sea refutada (falseada). Cada día que pasa sin que una teoría científica resulte destronada aumenta la esperanza de vida de esa teoría científica.

En el escenario tecnológico podemos hacer proyecciones “Lindy”

¿Qué tipo de tecnología sobrevivirá más tiempo, la navegación a vela o la navegación con motor a combustión?

La primera lleva miles de años, la segunda un par de siglos….

En el ámbito de la política en nuestro país también hay una pregunta infaltable:

“¿cómo es posible que el peronismo sobreviva luego de setenta años siendo que cada vez que gobiernan son un desastre?”

La respuesta es sencillísima -tiene que ver con el efecto Lindy- y la formuló el mismo  Perón:

“¡Es que los otros (partidos políticos) son peores!” (Si tiene alguna duda solo recuerde los 4 años del anterior (des)gobierno)

También podemos indagar en el ámbito de las religiones con una pregunta siempre presente: “¿cómo es posible que una religión como el cristianismo haya sobrevivido dos mil años?”

Para aquellos que somos agnósticos la respuesta de que el cristianismo lleva dos mil años de vida por la Gracia de Dios no nos satisface; pero el efecto Lindy nos puede dar una explicación científica.

Tal vez el cristianismo ha sobrevivido tanto tiempo porque se funda en el precepto del amor al prójimo: “amaos los unos a los otros”

Esto se puede comprender muy bien con un contraejemplo; ¿qué pasaría con una religión que se basara en el siguiente precepto … “mataos los unos a los otros”?

Hay dos posibilidades

1.- nunca existió esa religión

2.- existió, los fieles cumplieron el macabro precepto y por tanto la religión se extinguió.

Tenemos un caso híbrido en el siglo XXI; es la pseudo religión denominada “capitalismo” cuyo precepto central es “acumula cuanto puedas actuando siempre de manera egoísta”

Que esto es así se comprueba en la enorme dificultad que enfrentan los gobiernos actuales –particularmente los latinoamericanos- para intentar recaudar un tributo especial a los super-ricos (y por tanto super-egoistas) por la debacle provocada por el Covid.

En términos históricos un par de siglos no es mucho tiempo que digamos y la supervivencia del capitalismo se comprenderá que está seriamente cuestionada por los hechos que son de público conocimiento.

Fuera de toda duda hay algo que siempre sobrevivirá:  las leyes naturales

Si la humanidad pretende llevar una larga sobrevivencia en este planeta todo lo que hay que hacer es acoplarnos armoniosamente a esas leyes.

Eso es exactamente lo que propone el ecologismo.